miércoles, 29 de abril de 2015

Lo que el viento se llevó



Hola ¿Cómo están? El lunes terminé de leer Lo que el viento se llevó, de Margaret Mitchell, y quedé tan fascinado que tuve que hacer una entrada al respecto. Me llevó un mes acabarlo, tal como predije, pero no porque me resultara pesado, sino que quise tomarme mi tiempo para disfrutarlo.
No sé si les pasa a ustedes, pero cuando leo un libro que me fascina, mi pecho se llena de sentimientos contradictorios. Por un lado quiero leerlo, para saber cómo sigue la historia, pero por otro, como sé que lo que voy a leer me gustará, no quiero hacerlo de cualquier manera. Creo que no le estaría haciendo justicia a las escenas, por ejemplo, si las leo en una sala de espera del hospital. Es como tratar de ligar algo bueno con algo tedioso. Cuando recuerde la escena, también voy a recordar el lugar en que la leí. Es un sentimiento tonto, que lo único que hace es retrasarme en mis metas de lectura, pero no siempre puedo evitarlo. Para sentir que avanzaba algo en este sentido y no tener que forzarme a leer todo el tiempo Lo que el viento se llevó, tuve que intercalar otras lecturas.
Pero volviendo al tema, antes de contarles mi opinión sobre el libro, les quiero hacer una pequeña sinopsis de la historia.


Lo que el viento se llevó, narra la historia de Scarlett O´Hara, la hija de un hacendado esclavista del sur de los Estados Unidos, en la época de la Guerra de Secesión. Ella es muy coqueta, y está plagada de pretendientes (no hay hombre que se le resista), pero solo tiene ojos para Ashley Wilkes, un habitante de su mismo condado, en Georgia, que vive en la eminente mansión de Doce Robles. Al inicio, Scarlett se entera de que Ashley piensa proponer matrimonio a una muchacha llamada Melanie Hamilton, y que piensa hacerlo durante una fiesta que se llevará a cabo en Doce Robles. Desde ese momento, la protagonista se plantea evitar la propocición a toda costa, para lo cual también asistirá a la fiesta, y es en esta donde ve por primera vez a uno de los personajes más misteriosos que jamás haya conocido: Rhett Butler, un aventurero cínico y desvergonzado, que fue expulsado de su propia familia.

 
Es el punto de partida. Desde aquí, la historia se mueve por diversos caminos, tomando como eje la transformación que sufrió la sociedad sureña de Estados Unidos a causa de la Guerra de Secesión. Para el que no lo sepa, este fue el conflicto armado más sangriento en la historia de ese país (un dato no menor, si se tiene en cuenta que no pasa un año sin que manden soldados a alguna parte), y buscaba erradicar la esclavitud. Fue en la época de Abraham Lincoln. Enfrentó a la Confederación del sur, que defendía el esclavismo, y a la Unión industrializada del norte, conocidos como los Yanquis. Obviamente vencieron los Yanquis.




Decirles que disfruté esta novela, es poco. Creo que es de los mejores libros que he leído en mi vida. Cuando lo vi por primera vez, me intimidó. Tiene mil páginas y letra pequeña. Además, los párrafos son grandes y apretados. Pero las apariencias engañan todo el tiempo en este libro. Al principio se pinta como una novela romántica al estilo Orgullo y Prejuicio, de Jane Austen: bonitos vestidos, mansiones, damas y caballeros de alcurnia sometidos a reglas sociales estrictas… Sin embargo, de a poco se van atisbando las primeras diferencias. Los sirvientes son esclavos, y la palabra “guerra” se mete en todas las conversaciones de los hombres.



Por momentos, la novela es tan apocalíptica que sentí que leía una historia sobre el fin del mundo, literalmente. El romance se transforma en épica, la épica en suspenso, el suspenso en drama. Siempre que abría las páginas, me encontraba con algo interesante esperándome, sin excepción.




La novela ha sido aclamada por la crítica. Dicen que los detalles históricos, que son muchos, están narrados con suma exactitud. Según leí, la autora tardó diez años en acabarla, aunque nunca le tuvo mucha fe. Cuando la leyó por primera vez un editor, este casi se la saca de las manos. Ni siquiera se esperó a su publicación para comprar los derechos para adaptarla al cine. Se vendieron miles de copias por adelantado, y en menos de un año fue galardonada con el premio Púlitzer. Hoy en día es considerada una obra maestra, y hay quienes juzgan a la película de 1939, protagonizada por Clark Gable y Vivien Leigh, como una de las mejores películas de la historia del cine.



En definitiva, esperaba un libro pesado, y me encontré con una novela adictiva, cargada de sentimientos fuertes y personajes queribles. Si les gusta la romántica, es una novela que tienen que leer. Si no les gusta, o creen que es un género menor, deberían darle una oportunidad: es la prueba más contundente del valor de la romántica. Al leerlo, se puede comprobar que ha influenciado a toda una marea de escritores americanos. Además, la guerra le da un trasfondo épico único y alucinante.
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miércoles, 22 de abril de 2015

Del libro a la película 2


Hola ¿Cómo están? Hace poco les mostré una lista con las películas mejor adaptadas en comparación con el libro (toca aquí para verla). Hoy va una lista con las peores.
Existen varios motivos por los que una película nunca será igual a un libro. Uno de los más importantes, es que la película está limitada por un tiempo máximo (Una película que dure más de tres horas es difícil de ver), mientras que un libro puede ser tan largo como el autor quiera (Sé que hay libros de Stephen King que sobrepasan las mil quinientas páginas). Otro motivo, es que lo plasmado en una película depende de una inversión en dinero, mientras que en el caso de un libro, lo que se plasma depende puramente de la imaginación del escritor. También influye la visión del director, y esta difícilmente va a coincidir con la de los lectores.
Pero no doy más vueltas. Los dejo con la lista:

  1. La ladrona de libros, de Markus Zusak



Si han seguido mi blog, sabrán que La ladrona de libros fue una de mis mejores lecturas del año pasado. De la misma manera, creo que la película es la adaptación más pobre que he visto. No se parece en lo absoluto al libro. Es aburrida, y el gran sentido, esa enorme reflexión que plantea Marcus Zusak en su novela, no aparece ni en sombra en la película. Además, odié esa descarada publicidad que aparece al final, tanto como odié la que aparece en Guerra Mundial Z (Si vieron alguna de estas películas, sabrán a lo que me refiero), porque termina de arruinar el espíritu de la historia.


  1. Harry Potter y las reliquias de la muerte, de J.K. Rowling



Todos los que leímos esta saga tenemos el mismo sentimiento. Todas las películas serian igualmente criticables por algún motivo (Aunque opino que las primeras dos salen mejor paradas), pero ningún libro fue peor adaptado que el último.



Las películas de Las reliquias de la muerte no tenían la excusa de que se basaban en un libro demasiado largo, porque eran dos películas para el mismo libro. Tampoco tenían excusas de un bajo presupuesto (Gastaron más de 250 millones de dólares). Tampoco tenía malos actores (Después de diez años interpretando a Harry, Daniel Radcliffe tendría que haber aprendido a actuar ¿no?). Fueron mal adaptadas y punto.




Para empezar, ni siquiera dan con el ritmo. Recuerdo que el libro era muy adictivo: Harry estaba constantemente escapando del peligro al último segundo. En cambió las películas son chatas: los actores permanecen rígidos, hablando con voces inexpresivas. Incluso en las escenas de acción se nota que están ahí, esperando que la computadora haga todo lo demás. 


 
Por otra parte, odio que los mortífagos vuelen lanzando humo negro por el trasero, cuando en el libro nadie podía volar sin escoba, a excepción de Voldemort y Dumbledore. Tampoco entiendo por qué Hogwarts pasa de ocupar una colina verde al borde de un acantilado que da al lago, en la película uno, a una meseta rocosa unida al resto por dos puentes, en la película ocho. Ni lo uno ni lo otro es lo que sugieren los libros. Y La Orden del Fénix es lo peor: andan por ahí apareciendo en los momentos indicados, y se paran ante las puertas como si posaran para una revista. Se martilló a los personajes hasta volverlos unidimensionales, y se plantó la historia con clichés baratos. La difusa línea entre el bien y el mal que se plantea en el libro, donde no se admiten concepciones tan radicales, se transformó en un grupo de caras lindas que solo piensan en matar al Señor Tenebroso.


  1. Eragon, de Christopher Paolini



Este libro ya es controversial por sí mismo. Es que se acusa al autor de tomar la trama de la trilogía clásica de Star Wars, y adaptarla a un país ficticio, similar a la Tierra Media de Tolkien. Al leerlo me di cuenta de que tiene varios puntos en común, tanto en el primer libro como en el segundo (solo leí dos, pero la saga se conforma de cuatro: Eragon, Eldest, Brisingr, y Legado). Sin embargo, lo admiro.



Es que Christopher inició la escritura de Eragon cuando tenía quince años de edad, tomándole un año terminar el primer borrador y otro corregirlo. Estuvo un año vendiendo el libro con su familia, haciendo una gira por colegios de Estados Unidos, hasta que una editorial famosa obtuvo los derechos para publicar y distribuir las novelas. Desde ese entonces, el éxito de Christopher creció tanto que, en Estados Unidos, sus novelas ocuparon los primeros puestos de ventas, desbancando en su momento a las secuelas de Harry Potter.



Este éxito llevó a que se compraran los derechos para llevar el libro a la pantalla grande. Pero al final, la película fue un fracaso. Se invirtió poco dinero en ella, y el director podó escenas que eran importantísimas para la continuidad de la saga. Además, acható los personajes al máximo, y consiguió una película cargada de clichés.


  1. El Hobbit, de J.R.R Tolkien



Solo vi las primeras dos películas. En realidad son bastante entretenidas, pero no se parecen mucho al libro. Cuando las vi no sentí el espíritu aventurero, sino que fue como andar en una montaña rusa. De hecho, las escenas de acción están armadas para que lo parezcan (¡Maldito legado de la tercera dimensión!). Nunca sentí esa impotencia de estar perdido en una cueva llena de trasgos, como si se siente en el libro, ni sentí que se cernía sobre los personajes ese peligro apremiante al que nos acostumbra Tolkien. En la película todo bosque era Oscuro y albergaba almas Oscuras, con Oscuros propósitos alimentados por sus Oscuros corazones. Pero lo peor, es esa escena en que Legolas va corriendo por las cabezas de los enanos, cuando ellos escapan en los barriles: todo mientras hace una masacre de orcos al estilo Matrix Recargado (WTF?).

Hasta aquí la lista. No me tomen tan enserio en las críticas: he visto las pelis de Harry Potter tantas veces como cualquier fanático, y algo similar con las otras. La crítica no es para estigmatizar a estas producciones, sino que es un medio de crecer como persona y como escritor. Me parece que se aprende mucho sobre escribir reconociendo las diferencias entre un libro y una película, y que se nota sobre todo la importancia del ritmo: un punto que los libros, el cine y la música tienen en común.
¿Vieron alguna de estas películas? ¿Qué opinan de ellas? Comenten y, si les gustó el post, compártanlo. También pueden agregarme en Google+ o en Facebook. Los botones están a la derecha ¡Nos vemos!

miércoles, 15 de abril de 2015

Del libro a la película


Hola ¿Cómo están? En la actualidad existe una moda de leer un libro cuando van a hacer una película de él. Digo moda, por darle un significado, porque en realidad creo que es algo viejo y solo se ha extendido. Hay quien lo ve como algo malo, por eso de que se pierde un poco el alma del libro cuando se adapta a una película, pero personalmente me encanta.
Estoy de acuerdo en que se pierde la magia del libro, sobre todo cuando es mal adaptado. Sin embargo, lo  que me encanta de esto, es que nos permite conocer historias que no conoceríamos de no existir una película.
Ustedes saben que a mí me encanta la fantasía. Sin embargo, en mi país, y creo que en Sudamérica en general, no existen grandes escritores publicados en el género (Al menos que se conozcan donde yo vivo). Eso  quiere decir que la mayor parte de esta literatura viene desde Europa y América del Norte.
Entonces, si no se molestan en publicar escritores del genero en todo nuestro continente ¿Por qué traerían historias de otros países, sino porque están seguros de que les producirá réditos económicos? Esa manera de estar seguro, es cuando el libro viene precedido por el éxito de una película o de una serie de televisión.
Si no me creen, piensen en historias como Juego de tronos o Harry Potter. Tanto una como la otra llevaban una década haciendo furor en las librerías del norte del mundo, antes de que, gracias a la película (o la serie), llegaran a América del Sur.
Pero volviendo al hecho de ver una película después de leer el libro, me puse a pensar en cuales me perecieron las mejores adaptaciones que he visto. A continuación les dejo una lista.

1-    El señor de los anillos, de J.R.R Tolkien




Hablo de la saga en general. Fueron los primeros libros de fantasía que leí, y las películas están entre mis favoritas. Es obvio que de la tinta al celuloide se perdieron un montón de escenas, pero creo que la película captó la esencia de la historia. Lo que me encanta de El señor de los anillos, no es solo la fantasía y los efectos especiales, sino que pasa de todo. Hay acción, suspenso, romance, y cada vez que las veo se me eriza la piel. Hay pocas películas de las que puedo decir eso.

2-    Las crónicas de Narnia: El león, la bruja y el ropero, de C.S. Lewis




Cuando, antes de leer el libro o ver la película, me contaron de que iba la historia, pensé que era la idiotez más grande del mundo. Jamás estuve más equivocado. Aunque El señor de los anillos fue la primera historia de fantasía que me leí y me fascinó, Las crónicas de Narnia fue la que terminó de anclar en mi corazón el amor a lo fantástico. He visto la película unas veinte veces (no exagero), y me fascinó e impacto, tanto como me hizo pensar. Una de las cosas que más me gusta de la película, en comparación con el libro, es que se hace énfasis en la relación de los cuatro hermanos protagonistas. Así, consiguieron una película de dos horas y media con un libro de 45 mil palabras.

3-    Alicia en el país de las maravillas, de Lewis Carroll




Me refiero a la versión más nueva, dirigida por Tim Burton. Creo que fue inteligente, puesto que no adaptó el libro en sí, sino que tomó a los personajes y creó una historia nueva. De este modo, la película no está a la sombra del libro, ni viceversa, sino que se complementan.

4-    Los juegos del Hambre: En llamas, de Suzanne Collins




Es la mejor adaptación de la saga, por varios motivos. Para empezar, tiene mejores efectos especiales que la primera, de manera que pudo captar con más detalle el universo de la historia. Por otro lado, y pienso que este es el motivo con más peso, creo que tiene un ritmo similar al del libro. Estas películas están bien adaptadas las tres, porque están casi todas las escenas de los libros (al menos las más importantes), pero la primera película la sentí muy lenta, mientras que la segunda me tuvo enganchado y me sorprendió el final aunque ya lo conocía por el libro.

Hasta aquí la entrada de hoy. Quiero mostrarles una lista con las peores adaptaciones, pero la dejo para otro día, porque si no me extiendo mucho.
(Toca aquí para ver la segunda parte)
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viernes, 10 de abril de 2015

Juntos


 
Hola ¿Cómo están? Tenía preparada para hoy una entrada bastante distinta, pero ayer abrí mi Facebook y encontré un video tan impactante, que se los tengo que compartir.



Por favor, difundan el mensaje. A medida que avanza la tecnología, los seres humanos nos distanciamos unos de otros, mientras unos pocos lo aprovechan para quedarse con el mundo. No den la espalda a esa realidad: debemos permanecer unidos. ¡Nos vemos!