Hola ¿Cómo están? El
lunes terminé de leer Lo
que el viento se llevó,
de Margaret
Mitchell,
y quedé tan fascinado que tuve que hacer una entrada al respecto. Me
llevó un mes acabarlo, tal como predije, pero no porque me resultara
pesado, sino que quise tomarme mi tiempo para disfrutarlo.
No sé si les pasa a
ustedes, pero cuando leo un libro que me fascina, mi pecho se llena
de sentimientos contradictorios. Por un lado quiero leerlo, para
saber cómo sigue la historia, pero por otro, como sé que lo que voy
a leer me gustará, no quiero hacerlo de cualquier manera. Creo que
no le estaría haciendo justicia a las escenas, por ejemplo, si las
leo en una sala de espera del hospital. Es como tratar de ligar algo
bueno con algo tedioso. Cuando recuerde la escena, también voy a
recordar el lugar en que la leí. Es un sentimiento tonto, que lo
único que hace es retrasarme en mis metas de lectura, pero no
siempre puedo evitarlo. Para sentir que avanzaba algo en este sentido
y no tener que forzarme a leer todo el tiempo Lo
que el viento se llevó,
tuve que intercalar otras lecturas.
Pero volviendo al tema,
antes de contarles mi opinión sobre el libro, les quiero hacer una
pequeña sinopsis de la historia.
Lo que el viento se
llevó, narra la historia de Scarlett
O´Hara,
la hija de un hacendado esclavista del sur de los Estados Unidos, en
la época de la Guerra
de Secesión.
Ella es muy coqueta, y está plagada de pretendientes (no hay hombre
que se le resista), pero solo tiene ojos para Ashley
Wilkes,
un habitante de su mismo condado, en Georgia, que vive en la eminente
mansión de Doce
Robles.
Al inicio, Scarlett se entera de que Ashley piensa proponer
matrimonio a una muchacha llamada Melanie
Hamilton,
y que piensa hacerlo durante una fiesta que se llevará a cabo en
Doce Robles. Desde ese momento, la protagonista se plantea evitar la
propocición a toda costa, para lo cual también asistirá a la
fiesta, y es en esta donde ve por primera vez a uno de los personajes
más misteriosos que jamás haya conocido: Rhett
Butler,
un aventurero cínico y desvergonzado, que fue expulsado de su propia
familia.
Es el punto de partida.
Desde aquí, la historia se mueve por diversos caminos, tomando como
eje la transformación que sufrió la sociedad sureña de Estados
Unidos a causa de la Guerra
de Secesión.
Para el que no lo sepa, este fue el conflicto armado más sangriento
en la historia de ese país (un dato no menor, si se tiene en cuenta
que no pasa un año sin que manden soldados a alguna parte), y
buscaba erradicar la esclavitud. Fue en la época de Abraham
Lincoln.
Enfrentó a la Confederación
del sur, que defendía el esclavismo, y a la Unión
industrializada del norte, conocidos como los Yanquis.
Obviamente vencieron los Yanquis.
Decirles que disfruté
esta novela, es poco. Creo que es de los mejores libros que he leído
en mi vida. Cuando lo vi por primera vez, me intimidó. Tiene mil
páginas y letra pequeña. Además, los párrafos son grandes y
apretados. Pero las apariencias engañan todo el tiempo en este
libro. Al principio se pinta como una novela romántica al estilo
Orgullo
y Prejuicio,
de Jane
Austen:
bonitos vestidos, mansiones, damas y caballeros de alcurnia sometidos
a reglas sociales estrictas… Sin embargo, de a poco se van
atisbando las primeras diferencias. Los sirvientes son esclavos, y la
palabra “guerra” se mete en todas las conversaciones de los
hombres.
Por momentos, la novela
es tan apocalíptica que sentí que leía una historia sobre el fin
del mundo, literalmente. El romance se transforma en épica, la épica
en suspenso, el suspenso en drama. Siempre que abría las páginas,
me encontraba con algo interesante esperándome, sin excepción.
La novela ha sido
aclamada por la crítica. Dicen que los detalles históricos, que son
muchos, están narrados con suma exactitud. Según leí, la autora
tardó diez años en acabarla, aunque nunca le tuvo mucha fe. Cuando
la leyó por primera vez un editor, este casi se la saca de las
manos. Ni siquiera se esperó a su publicación para comprar los
derechos para adaptarla al cine. Se vendieron miles de copias por
adelantado, y en menos de un año fue galardonada con el premio
Púlitzer. Hoy en día es considerada una obra maestra, y hay
quienes juzgan a la película de 1939, protagonizada por Clark Gable
y Vivien Leigh, como una de las mejores películas de la historia del
cine.
En definitiva, esperaba
un libro pesado, y me encontré con una novela adictiva, cargada de
sentimientos fuertes y personajes queribles. Si les gusta la
romántica, es una novela que tienen que leer. Si no les gusta, o
creen que es un género menor, deberían darle una oportunidad: es la
prueba más contundente del valor de la romántica. Al leerlo, se
puede comprobar que ha influenciado a toda una marea de escritores
americanos. Además, la guerra le da un trasfondo épico único y
alucinante.
¿Leyeron este libro?
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¡Nos vemos!
Vi la película. Curiosamente, creo, si no estoy equivocada es la única versión?
ResponderEliminarComparto.
Creo que es la única versión, aunque no estoy seguro. Me gustaría verla porque dicen que es bastante fiel al libro. Gracias por comentar, saludos!!!!!
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