viernes, 27 de marzo de 2015

¿Cuántas páginas debe tener una novela?



Hola ¿Cómo están? El martes pasado empecé a leer Lo que el viento se llevó, de Margaret Mitchell y recordé que quería hacer una entrada sobre el tema de la cantidad de páginas de una novela, porque ¿Cuánto es el ideal?
Siempre he escuchado que las editoriales en mi país no admiten libros que sobrepasen las doscientas páginas. Eso se debe a la relación costo-beneficio. Cuanto más largo el libro, más cuesta imprimirlo. Eso significa que el libro será más caro en el mercado, y eso, en Uruguay, es condenarse al fracaso. En mi país, la gente lee poco, y de ese poco de gente, solo una porción lee autores uruguayos.
Ese último es un tema que amerita una entrada propia, porque es un poco paradójico. Por ejemplo, yo no leo autores uruguayos. No porque en mi país no existan buenos escritores, sino porque las novelas que se publican rayan entre lo aburrido y lo conformista. ¿Qué fantasía hay en los contenedores que se desbordan de basura en cada esquina de Montevideo? ¿Se puede enamorar alguien en uno de los autobuses del transporte metropolitano, que más parecen camiones de ganado? Seguro que en mi país hay escritores que comparten esa visión y tienen ideas innovadoras; pero como son pocos los que leen autores uruguayos, los que tienen oportunidad de publicar son pocos, y estos están girando siempre en la misma idea de conformismo. Conformismo que aleja a muchos lectores de esos títulos, manteniendo el círculo en movimiento. Los únicos escritores uruguayos que proliferan, son los que escriben una entrevista a Mujica o los que cuentan su propia experiencia en el mundial de Sudáfrica 2010 (WTF?).
Pero dejando a un lado la crítica y volviendo al tema de la entrada de hoy, quiero decirles que el número de páginas en una novela me obsesionó por mucho tiempo. Yo siempre preferí la novela al cuento, y cuanto más paginas, mejor. Adoro esos libros con muchos personajes y en los que hay de todo: romance, acción, suspenso… Por eso, cuando empecé a escribir, soñaba con crear una novela que llegara a las seiscientas páginas. De hecho, todavía es una de mis metas. Pero no es algo que me quite el sueño.
Creo que es natural preocuparse por el número de páginas que escribes, pero no puede ser la prioridad del escritor. Un escritor tiene que contar algo, y el número de páginas o palabras (que es un método de medición más certero, puesto que el número de páginas puede variar según la edición que se le dé al texto), debería estar entre las inquietudes menos importantes, a la altura de el tipo de letra que usará en el procesador de texto (hubo un tiempo, cuando escribía la primera novela que terminé, que cambiaba la fuente cada vez que iniciaba un nuevo capítulo: era una forma de darle una pincelada distinta a la hora de la escritura).
Porque es así: si una historia es buena, un lector la apreciara tanto si tiene dos párrafos, como si ocupa un bloque de mil páginas.

Un ejemplo de que la brevedad no es mala:

El principito, de Antoine de Saint- Exupéry; es una historia profunda disfrazada de cuento infantil.



Un ejemplo de que mil páginas no asustan a un lector:

Tormenta de espadas, de George R.R. Martin; mi edición es enorme, tiene unas mil cien páginas (sin contar apéndices y mapas) y es el tercer volumen de una saga que por ahora tiene cinco libros. Sin embargo, yo no conozco a nadie que no haya terminado ese libro con el corazón en la boca, pidiendo conseguir el libro que le sigue.



Por supuesto, existen ejemplos de lo contrario: libros que son demasiado largos y libros que terminan antes de lo que deberían. Una bruja entre tinieblas y el tesoro del rey vampiro era un ejemplo de lo primero. Conseguí escribir cuatrocientas páginas, que habrían sido el doble si la hubiera terminado como esperaba, pero son páginas tan aburridas que ni yo mismo soy capaz de leerlas.
Hasta aquí la entrada de hoy. Quería hablarles de este tema porque el libro de Lo que el viento se llevó tiene casi mil páginas y ya estoy viendo que me tomará un mes acabarlo. No por esto, ni porque la historia sea aburrida (por ahora me está encantando), sino porque tiene letra ultra pequeña y siento que me voy a quedar bizco.
¿Están leyendo algún libro? Comenten y, si les gustó el post, compártanlo. También pueden agregarme en Google+ o en Facebook. Los botones están a la derecha ¡Nos vemos!

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