Las olas, cabellos acuosos rizados por la brisa, rubios de sol. Un mundo
de arabescos, formas que danzan al son del quejido de las gaviotas. Una
alfombra que iba hasta el horizonte. Olor a sal. Azul y blanco sobre mi cabeza.
Tierra bajo mis pies, y nada al frente. Detrás, un mundo vacío. Uniformes. Una
carta en el suelo de la cocina. Dolor. El futuro deshecho por una bala. Héroe
mártir de una guerra sin sentido.
La brisa tiraba de mi vestido, pedía que la siguiera. Un paso y el mundo
giró, desapareció en un torbellino de colores. Vacío. Mar, rocas, huesos rotos
y sangre. Una voz que pronuncia mi nombre. Brazos. Dedos cerrándose como
candados a mi cintura. Dos cuerpos que se pegan. El sabor se unos labios. Un
principio en el fin.
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los botones que hay a la derecha. Nos vemos el lunes, con un nuevo capítulo de La
princesa valiente.
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