viernes, 8 de mayo de 2015

Alicia en el país de las maravillas



Hola ¿Cómo están? El viernes pasado les compartí un post llamado El reto, donde les mostré libros que pretendo leer este mes (Pueden verlo aquí), y quiero aprovechar para hacer una reseña de cada uno. Hoy le toca a Alicia en el país de las maravillas, y a Alicia a través del espejo, ambos de Lewis Carroll.
Estos libros los había leído hace años. Entonces los pedí en la biblioteca del liceo (escuela secundaria), y recuerdo que el segundo me gustó más que el primero. Ahora puedo decirles que ambos me gustaron por igual.



Alicia en el país de las maravillas, habla de Alicia, una niña que, persiguiendo a un conejo a través de una pradera, se cae por una madriguera y aparece en un país extraño. Ahí, ella se encuentra con personajes bastante particulares y vive varias aventuras. Alicia a través del espejo, que es la continuación, cuenta las aventuras que vivió Alicia cuando atravesó un espejo del salón de su casa.



Tanto un libro como el otro, están cargados de situaciones absurdas, y representan un festín para los amantes de la fantasía. Si tuviera que diferenciarlos, diría que Alicia a través del espejo es más sombrío. O al menos se pintó así en mi imaginación. La primera vez que lo leí, también le encontré más sentido que a Alicia en el país de las maravillas, pero la verdad es que ambas historias son muy locas, así que me parece un disparate afirmarlo.
Lo que está genial, es que se pintan como un cuento infantil: inocente, poco más que una diversión pasajera. Sin embargo, representan una crítica a la sociedad de la época en que fueron publicados, y muestran, además, algo de las teorías matemáticas que el propio autor planteaba. Este fue un eminente matemático y se interesó por el arte de la fotografía, en el cual se lo considera un pionero.

 
Charles Lutwigde Dodgson, nombre real de Lewis Carroll, nació Inglaterra el 27 de enero de 1832 y murió el 14 de enero de 1898, pocos días antes de cumplir los 66 años, por lo que su vida transcurrió durante la Época Victoriana. Esta época, que toma el nombre de la monarca Victoria I, es conocida como la más prospera y estable de la historia de Inglaterra. Entonces, existían dos clases sociales bien diferenciadas: la clase alta y la clase trabajadora. Formar parte de una u otra dependía exclusivamente del nacimiento. Uno no podía nacer pobre y pretender ascender. Directamente no se aceptaba.
La clase alta respetaba reglas sociales muy estrictas, y estaba prohibida la expresión libre de los sentimientos. Al que no seguía estos preceptos al pie de la letra, o era distinto, se lo despreciaba en el modo más terminante.
Dodgson era tartamudo, y escribía con la mano izquierda, “fallas” que debía atenuar para ser aceptado por el resto. El hecho de ser diferente, provocó que se obsesionara con todo lo que era extravagante o poco aceptado. Esto explica la obsesión de Alicia por lo que había al otro lado del espejo, o la costumbre del autor de enviar cartas en broma a sus parientes y amigos, totalmente escritas al revés. Sus defectos, sumados a su timidez, impidieron a Dodgson sentirse cómodo relacionándose con personas de su edad, por lo que era muy amigo de los niños, a quienes caía bien. Su niña favorita, la que más se entusiasmaba con las historias extravagantes que solía contar, era Alicia Liddell, la segunda hija del Decano de la Universidad de Oxford, a la que Dodgson llegó a pedir en matrimonio (que el padre le negó). Esta niña inspiró el cuento del país de las maravillas, que fue escrito como regalo a ella por su cumpleaños, con ilustraciones del propio autor, y con un titulo diferente: Alice´s adventures underground (Las aventuras subterráneas de Alicia).

 
Los personajes en las aventuras de Alicia, son todos alcahuetes de reyes para los cuales siquiera existen: se apuran en cumplir las exigencias de los monarcas, sin importar cuán tontas sean, y se consideran privilegiados por ello. Algo divertido, es la sugerencia del autor de que las personas somos como las barajas. Por el frente somos todos distintos, pero por la parte posterior… bueno, no es que seamos iguales, pero no le damos tanta importancia; de hecho, se considera un insulto dar la espalda a otra persona. También me gusta ese afán de encontrarle una explicación diferente a todo, despreciando las que se nos imponen como lógicas; como cuando Alicia encuentra flores parlantes al otro lado del espejo, y estas le explican que ellas hablan porque están plantadas en tierra dura, mientras que el resto de las flores lo están en tierra suelta, la cual resulta tan cómoda, que prefieren descansar a perder el tiempo hablando.


En definitiva, son grandes libros. Los quise releer porque quiero empezar la saga de Susurros, de A. G. Howard. Esta habla de El país de las maravillas y está protagonizada por una descendienta de Alicia Liddell, así que promete.
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