Hola ¿Cómo están? Hoy
les quiero compartir un fragmento de Una
bruja entre tinieblas.
Como saben, esta fue la primera novela que intenté escribir: acumulé
más de cien mil palabras, pero apenas plasmé la mitad de las ideas
que tenía en mente. La razón, es que no tenía mucha idea de lo que
estaba haciendo. Escribía, escribía y escribía, pensando que la
novela saldría sin más, pero obviamente me equivoqué. Por lo menos
no estaba tan perdido como para no saber que un libro tenía que
reescribirse, así que, a pesar de que el resultado es horroroso, no
lo es tanto como podría.
El fragmento que les
quiero compartir fue reescrito al menos una vez, y recuerdo que en
aquel entonces me encantaba. La razón es simple: hay mucho dialogo y
eso simplifica su lectura.
Para ponerlos en
contexto, les explico de qué iba la historia hasta este punto:
Samantha es una chica de
quince años que acaba de perder a sus padres en un desastre que mató
a muchas personas en Londres, uno al que ella sobrevivió. Más
tarde, ella supo que ese desastre lo había ocasionado un hechizo, y
que este también tuvo que haberla asesinado. Pasan otras cosas
antes, pero al final termina descubriendo que es una bruja, y se va a
un castillo oculto que hay en Holanda, donde otros magos deciden cual
habrá de ser su destino a partir de ahora. Como es menor, deciden
darle una tutora, que es Nhiveane, quien desde entonces se encarga de
enseñarle magia. Ahora, ellas están recorriendo el castillo para ir
a visitar a un amigo.
En el extremo opuesto
del puente se encontraron ante una puerta doble que daba a la torre
más alta de las siete que tenían más próximas. La cruzaron y
ascendieron, para fastidio de la joven pelirroja, por una larga
escalera de caracol.
Alcanzaron así un
rellano que daba a una puerta, en cuyo centro, una aldaba de hierro
con la forma de la cabeza de un dragón, roncaba profundamente,
emitiendo tras cada ronquido, un silbido que hizo escapar una risita
a Samantha. Resultaba de lo más extraño e intrigante encontrarse
con algo así.
— Fafnir— dijo
Nhiveane dirigiéndose a la aldaba, la cual continuó durmiendo como
si nada—. ¡Fafnir! Soy yo, Nhiveane— no obtuvo respuesta—.
¡Despierta de una vez por todas, porquería! —grito golpeando con
su puño cerrado la nariz de la aldaba dragón. Esta despertó de
repente, soltando dos cortos ronquidos parecidos a los de un cerdo.
— ¿Qué sucede…?—
preguntó con desconcierto—. ¿Quién se atreve a despertar de esta
manera a Fafnir el dragón?
— Deja de decir
tonterías.
— Hola Nhiveane: no
te había visto— dijo Fafnir—. Y hola tú…eh… como-te-llames—
agregó reparando en la presencia de la chica pelirroja.
— Se llama Samantha—
le corrigió Nhiveane—. ¿Podrías avisar que nosotras hemos
llegado?
— Nada de eso— se
negó la aldaba—. Primero debes contarme algo interesante: un
chiste, una adivinanza ¿o que tal una canción?
— Por favor, Fafnir:
no empieces otra vez con eso. Belfine nos espera a mí y a Samantha a
las ocho en punto ¿Podrías avisarle de nuestra llegada de una vez?
— “¿Podrías
avisarle de nuestra llegada de una vez?”— Repitió Fafnir con una
voz finita que intentaba imitar la de Nhiveane—. Para ti es fácil
decirlo: tú puedes moverte libremente y hablar con quien quieras; en
cambio yo estoy siempre aquí, solo y aburrido…Cuéntame algo
divertido ¿sí?
— Que remedio…—
susurró Nhiveane con cara de indignación. Hizo una pausa para
pensar—. Está bien: te cantaré una canción
— Excelente, siempre
y cuando no la haya escuchado ya— dijo Fafnir sonriendo— ¿Cómo
se titula?
— Eh…—balbuceo la
mujer, rompiéndose la cabeza—. Se llama “Namhías y el dragón”
— Parece interesante:
cántamela.
— Bien— asintió la
bruja. Cerró los ojos, respiró hondo y empezó:
El arroyo corría bajo
el sol,
sentado en la orilla,
Namhías pescaba,
no muy lejos estaba su
hermana Marisol.
El pobre Namhías en
nada pensaba,
Marisol bajo la acacia
danzaba.
Un rugido y un
movimiento en los arboles,
cuando Namhías
reaccionó, su hermana no estaba.
“¿Dónde te has ido
niña, no seas malvada?”
gritó el muchacho:
otro rugido se escuchaba.
“Ayúdame Namhías”
decía la niña desesperada,
un dragón entre sus
garras se la llevaba.
Namhías corrió por
el bosque,
ante él una montaña
se alzaba.
Estaba desesperado,
apenas sabía lo que hacía.
A través de las rocas
el chico avanzaba,
Escuchaba los rugidos
de la bestia y así los seguía.
Llegó a la entrada de
una cueva,
dentro de esta, la
bestia lo esperaba.
Namhías entró, su
hermana le gritaba.
“Ayúdame Namhías”
repetía asustada.
La bestia rugía,
sobre Namhías se lanzaba.
Un movimiento fluido,
el chico así lo hechizaba,
La criatura golpeó
una roca afilada.
Marisol hacia su
hermano corrió.
“Me has salvado,
hermano querido”
“Lo que dices es
verdad: el dragón ha fallecido"
Nhiveane terminó de
cantar y abrió los ojos.
— ¿Y bien?—
preguntó— ¿Vas a hacer lo que te pedí?
La aldaba se limitó a
mirar a la mujer y a la joven.
— Esa canción no me
gustó— dijo—. La acabas de inventar en este preciso momento, y
además el tema me pareció horrible.
— Pues refleja lo que
siento en este momento, créeme.
— Bien, pero no voy a
avisar tu llegada…
— Tienes que hacerlo:
yo ya cumplí contigo— dijo la bruja.
— No, esa canción no
es válida— dijo Fafnir—. Debes cantarme una más bonita y que no
la hayas inventado en el momento.
— No lo haré.
— ¡Entonces vete y
déjame dormir!
— ¿Por qué
simplemente no tocas la puerta?— sugirió Samantha.
— No podría aunque
lo intentara— dijo Nhiveane—. Hay un hechizo que protege la
puerta: la única forma en que ahí dentro sepan que hemos llegado,
es que este pedazo de metal maldito se los avise.
— ¡Hey, ten cuidado
en cómo te refieres a mí, paliducha!— soltó la aldaba— ¡Yo
soy un dragón real de Islandia!
— A mi modo de ver
eres un egocéntrico pedazo de metal oxidado.
— Entonces este
pedazo de metal no avisará a nadie que tú y la mocosa han llegado.
— ¡Debes hacerlo
porque si no le diré a Belfine que te arroje a un volcán!
— Tus amenazas me
hacen reír— dijo Fafnir en tono burlón—. ¿Cómo se supone que
harás eso si no puedes entrar a su casa?
— Le enviaré una
carta— afirmó Nhiveane simplemente.
— Eso me gustaría
verlo— dijo la aldaba, desafiante.
— Pues tal vez lo
haga, adorno horrendo…
— ¡Niña
quisquillosa!
— ¡Cara de desagüe!
— ¡Loca!
— ¡Avisa de mi
llegada!— gritó Nhiveane, levantando el puño en forma amenazante.
— ¡No tengo el ánimo
de hacerlo!
— ¡QUÉ LO HAGAS, TE
DIGO!
Samantha, quien a
gatas lograba contener la risa que le ocasionaba la pelea entre
Nhiveane y la aldaba, notó que tras aquella puerta a la cual
enfrentaban, llegaban ruidos de cadenas y llaves al girar en
cerraduras. Para sorpresa de quienes discutían, la misma se abrió,
mostrando a Belfine, quien les dedicó una sonrisa a la mujer y a la
chica.
— Buenas noches,
parece que han llegado finalmente— dijo—. Espero que no hayan
tenido problemas con Fafnir: mi querida aldaba se ha portado muy
rebelde últimamente.
La aldaba puso una
cara de susto terrible, y Nhiveane sonrió al ver que así era.
— No hay ningún
problema. Solo estaba aprovechando estar ante Fafnir para presentarle
a Samantha— dijo, y la aldaba resopló aliviada.
— Que bien— dijo
Belfine mirando de reojo a Fafnir. Se apartó de la puerta—. Pero,
por favor, pasen y acomódense junto a la estufa.
— Gracias— dijo
Nhiveane y franqueó el umbral seguida por Samantha, quien noto como
le sonreía triunfante al llamador.
Hasta aquí el fragmento.
A veces pienso que ese libro debería llamarse “Tour
por un mundo mágico”,
pues la trama se pierde constantemente entre descripciones de
castillos o lugares mágicos. Quizá extraídos no estén tan mal.
Hay otra etapa que me gusta mucho, que habla de un sitio llamado “Old
Stores Drive”,
que es una versión propia del Callejón
Diagon
de Harry
Potter.
No lo recuerdo bien, pero las aventuras de Samantha en ese lugar
ocupan entre 40 y 50 páginas, y siquiera son tan importantes para la
historia.
¿Qué les pareció? ¿Les
gustaría leer más? Comenten y, si les gustó el post, compártanlo.
También pueden seguirme en Google+ y en Facebook. Los botones están
a la derecha. ¡Nos vemos!
Me gusto, quiero massss!!!
ResponderEliminarUn saludo....
Me gusto, quiero massss!!!
ResponderEliminarUn saludo....
QUe bueno que te gustara. Aunque esta historia no tiene mucho sentido, y a pesar de que tiene muchs parecidos con harry potter, tiene bastantes detalles y pequeñas historias que no carecen de interés. Saludos!!!
Eliminar