Hola ¿Cómo están? Hoy
les comparto el capítulo dieciséis de La princesa valiente, pero
antes de que empiecen con la lectura quiero contarles que el viernes
publiqué los capítulos iníciales de Sueño de abril, la primera
novela que escribí de principio a fin. Si quieren leerlos y decirme
su opinión, están invitados a ello. Solo deben tocar aquí.
Ahora sí, a los dejo con
Madeleine.
16
Perdidos
— Es inútil— gritó
Nelson—. Hace horas que volamos en círculos. Hay que bajar y
pensar un nuevo plan.
— Vale— asentí.
Seguí a James y a Nelson fuera de las nubes y me incliné hacia
adelante cuando el grifo descendió entre las copas de los árboles.
El lecho de hojas secas crujió bajo nuestro peso.
— Esto es muy raro—
dijo Lorena. Se bajó del grifo y me miró—. ¿Segura que no
recuerdas como llegar?
— Si vamos al sur,
tenemos que toparnos con La Torre Aura— dije—. No hay misterio.
— Es verdad— dijo
James. Pero si tenemos que viajar al sur ¿Por qué íbamos hacia el
este?
— ¿Hacia el este?—
preguntó Nelson—. Pensé que íbamos hacia el norte.
— Íbamos al sur— me
defendí—. Se lo dije antes de partir, señor Nelson.
El anciano se rascó la
cabeza.
— No lo recuerdo—
dijo.
— Tenemos que encontrar
el camino terrestre— dijo James—. Cuando fuimos a Dermorn para el
torneo, cruzamos el bosque por un sendero bastante recto.
— No creo que funcione—
dijo Lorena—. No quise decirlo hasta estar segura, pero ahora no
existen dudas. Los nombres de todos fueron borrados del registro de
Dermorn, incluido el de Madeleine.
— ¿El mío?—
pregunté—. Solo mi padre tiene facultad para tomar esa decisión.
— Lo sé, pero no se me
ocurre otra explicación para nuestro desconcierto.
— ¿Y qué hacemos? No
podemos rendirnos tan fácil.
— No decidiremos nada
aquí parados— dijo James—. Ya casi anochece. Necesitamos tomar
un descanso y evaluar la situación con más calma.
— Estoy de acuerdo—dijo
Lorena.
James se volvió al resto
de la compañía y les ordenó montar un campamento. Después de una
noche y un día viajando, ninguno puso objeción ante la posibilidad
de un descanso.
Desperté en medio de la
oscuridad. Me quedé quieta, escuchando los sonidos del bosque: el
susurro de las hojas, el canto de los grillos, el ulular de una
lechuza. Los escuché sin preguntarme donde me hallaba ni por qué.
Las preguntas regresaron
como un puñetazo.
¿Por qué no encontraba
Dermorn? ¿Y si papá me borró del registro? ¿Mi forma de actuar lo
enojó hasta ese punto? ¿Cómo entraba Starivia en todo esto?
Necesitaba aire. Me
abroché el cinturón con la espada y salí de la carpa, frotándome
los brazos: hacía frío. Encima de los arboles, el cielo adquiría
color. Caminé hacia el borde del campamento, buscando un sitio que
me cobijara mientras iba al baño.
— Señorita— me
saludó Nelson. Forcé la vista y lo vi sentado frente a su carpa,
con la espada en el regazo—. No se aleje demasiado.
— Vale— me metí
entre los árboles. Justo me pareció estar en el sitio indicado y
levantaba mi vestido, cuando la voz de James salió desde las
sombras.
— ¿No puedes dormir?—
preguntó. Di un paso atrás, asustada, y caí sobre el trasero.
James me ofreció una mano y la aferré.
— ¿Cuándo dejarás de
ser tan inoportuno?
— Lo siento, no quise
asustarte— dijo—. ¿Qué haces en el bosque?
— ¿Qué estás
haciendo tú?
— Pienso…
— ¿En qué?
— ¿Por qué me hablas
así?
Me crucé de brazos.
— ¿Por qué lo dices?
— ¿Y no me amas?
— ¿Otra vez
empezaremos con lo mismo?— le di la espalda y empecé caminar hacia
el campamento. James tiró de mi hombro y me obligó a dar la vuelta.
Quedé con las manos poyadas en su pecho.
— El otro día me
besaste porque agradecías lo que hice por ti, y a los tres minutos
me echaste de una patada…
— No quiero que me
protejas— dije. James me arrinconó contra el tronco de un árbol.
— ¿Y si solo quiero
besarte?— su aliento me envolvió. Tensé los brazos, buscando
aumentar la distancia entre nosotros.
— ¡Qué bonito!—
exclamó una voz—. ¡Me partirán el corazón!
— ¿Quién demonios
eres?— preguntó James.
Los arbustos se agitaron.
La chica salió de su escondite y caminó hacia nosotros. Me separé
de James.
— Ámbarin…—
susurré.
— ¡Que grata
sorpresa!— dijo ella, poniendo una voz acaramelada que no se le
daba bien—. ¡Si es la princesita perdida!
Desenvainé la espada.
— ¡No te acerques!—
dije. La chica se paró en seco y su voz aulló en una carcajada.
— ¿Quién es?—
preguntó James.
— Es la princesa de
Starivia— dije. Me volví a la chica—. ¿Qué haces en mitad del
bosque?
— ¿Por qué me tratas
así? Pensé que éramos amigas.
— ¡Responde la
pregunta!
— Vine a traerte una
sorpresa— Ámbarin se llevó dos dedos a la boca y silbó.
Los arbustos se movieron.
De entre las sombras, empezaron a surgir siluetas. Di un paso atrás
y James también desenvainó su espada.
— ¿No te encanta?—
la sonrisa de Ámbarin resaltó entre la luz grisácea—. Mi papá
me dio una compañía de soldados para que cazara a cualquiera oculto
en el bosque. Cuando sepa que hallé a la hija de Alexandre Deveraux,
me dejará Camin Balduin para mi sola.
Una espada surgió de la
oscuridad y James la detuvo. Las chispas iluminaron su rostro.
— ¡Corre!— gritó.
Mis piernas flaquearon, pero obedecí. El dragón dorado de los
Brendam surgía por todas partes, como salido de una pesadilla.
Esquivé como pude los brazos que se estiraban para atraparme y me
abrí paso a estocadas.
Una pared de armaduras se
cerró en torno a mí.
— ¿A dónde vas?—
preguntó uno de los guerreros.
— No te tengo miedo—
dije, levantando la espada entre nosotros.
— ¿No?— preguntó
él. Lanzó una carcajada que se rompió en una nota desafinada. Para
cuando entendí lo que pasó, el tercer guerrero caía con una flecha
enterrada en la garganta.
— ¿Estás bien?— era
una voz femenina. Volteé y vi a Bianca, con el arco y una flecha
preparada.
— ¿Qué haces aquí?—
pregunté.
— ¡Sígueme!— gritó.
Corrimos juntas entre los árboles y los guerreros que continuaban
apareciendo. Nelson llegó a nuestro encuentro, montado en un grifo.
Otros dos grifos lo seguían.
— ¡Tiene que escapar,
mi señora!— dijo. Clavó la espada en el pecho de un guerrero—.
¡Nosotros los detendremos!
No tuve tiempo de
protestar. Una docena de guerreros a caballo llegó a nuestro costado
y un mar de espadas nos separó. Alguien me tomó por el brazo y me
levantó en el aire.
Una mano me cubrió la
boca. Mientras luchaba por librarme, más caballeros llegaron a
apoyar a la compañía de Ámbarin, y el temor por mi propio destino
se sumó al temor por James y Lorena.
— ¡Por Castelbrick!—
el grito se convirtió en un rugido que inundó el bosque. Banderas
verdes y plateadas ondearon por doquier.
Una lanza emergió de la
floresta y los brazos de mi captor perdieron su fuerza. Me deslicé
entre las piernas del caballo y el mundo desapareció.
Gracias por leer. ¿Alguna
vez se perdieron en algún sitio? Yo sí. Fue una tarde en que mi
padre y mis hermanos fuimos de pesca a un arroyo que estaba en un
monte, a pocos kilómetros de mi casa. Nos instalamos en una zona
apartada, a la que nunca antes fuimos, y cuando quisimos regresar, no
encontrábamos el camino de vuelta. Las ramas de los arboles estaban
tan cerradas que apenas nos permitían ver el sol, y eso nos hizo
caminar en círculos por cerca de una hora (Literalmente, como en las
películas). El problema es que esa zona estaba cerrada entre
pequeños arroyos, y había solo un sendero que salía de esta. Los
arroyos se podían cruzar saltando, pero tenían corriente fuerte y
mi padre temía que uno de mis hermanos, más pequeños que yo, no
alcanzara la orilla opuesta y callera al agua. Al final, nos
encontramos con un hombre que venía a pescar y nos indicó el camino
de vuelta. A pesar del poco tiempo que estuvimos errando, empezaba a
sentir miedo de que nos encontrara la noche en esa zona, lo cual
habría sido una tragedia. No habría significado nuestra muerte
permanecer ahí una noche, ni mucho menos, pero me figuro que no
habría sido muy agradable.
Ok. Ya me extendí. Si
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Termine los 16 capitulos, crei que tardaria toda la semana, pero solo fue una noche. Tu historia cobra vida en la mente de cualquiera, se siente esa emocion al leer una historia que cobra vida sola.. Hasta ahora el desenlace y la revelancion del conflicto dejan al lector con ganas de seguir leyendo,; al menos a mi. Si tienes el potencial de crear un libro puedes publicar en Bubok, ahora afamado por muchos y utilizado por muchos no publicados.
ResponderEliminarGracias por tu critica: la verdad es que me siento halagado. Te invito a seguir leyendo: publico un capitulo a la semana. Me gustaría qu fueran más, pero engo planeado pulicar una versión completa y mejorada en el futuro, así que no puedo.
EliminarGracias por comentar, saludos!!