miércoles, 1 de abril de 2015

El diario del escritor: Comercial



Hola ¿Cómo están? Hace unos días estaba mirando un blog en el que exponían una lista con las mejores cincuenta novelas de fantasía de todos los tiempos, y vi un comentario que me hizo pensar. Resulta que en la lista aparecía la saga de Los juegos del hambre, y una persona dijo que no debía estar en la lista, porque es una historia muy COMERCIAL.
Ok. Estoy de acuerdo en que la saga estaba fuera de lugar, porque pertenece más a género de la ciencia ficción, pero lo que me molesta es el uso de COMERCIAL como sinónimo de MALA CALIDAD.
Debo confesarles que me enoja mucho cuando alguien aparece y juzga algo entre comercial y no comercial (Refiriéndome en esto al arte en general, como los libros, las películas, las series, la música, etc.). Para mí, eso es una excusa para cerrarse en un género en específico y no darle oportunidad a otro tipo de artistas. Es también como una manera de jactarse diciendo “Yo consumo arte NO COMERCIAL, soy mejor que tú”. Eso no va conmigo, porque además de que me parece mal creerse dueño de la verdad, me parece que ese tipo de diferencias es tonta. No tiene pies ni cabeza.
Para mí el arte no se divide entre Comercial y No Comercial, ni siquiera entre bueno y malo. Creo que la división más sensata es entre lo que nos gusta y lo que no nos gusta. Es verdad que existen libros o películas, por ejemplo, que son de mejor “calidad”. Historias complejas, con personajes tridimensionales y recursos técnicos que te dejan de boca abierta. Sin embargo, tanto ustedes como yo, consumimos historias que se pueden calificar como chatas (o hasta tontas), solo por gusto.
Pero volviendo al tema de asociar la lo Comercial con la Mala Calidad, lo que me parece tonto de esto, es que en la actualidad toda obra de arte es comercial. Toda obra por la que tengan que pagarle algo al artista lo es. Es cierto que hay unas que lo son más que otras, pero eso no depende de los creadores. El artista que dice que no quiere ganar dinero con su arte, está mintiendo, o lo dice por despecho a no ser tenido en cuenta por las masas. Según creo, los que se jactan hablado de comercial y no comercial, deberían dejar los libros de librería e ir a internet a leer a todos los escritores que ofrecen gratis sus obras. Obviamente, ninguno lo hace.
Con esto no pretendo defender al capitalismo, sino a esas obras que son criticadas por ser malas solo porque sus creadores amasan fortunas con ellas. Lamentablemente, todos dependemos del dinero y no se puede hacer nada sin él. Tomemos el caso de una banda musical: tocar un instrumento no es cosa de aprender acordes y partituras, requiere una habilidad que se obtiene solo con la práctica continua. Si se abandona el instrumento por unos días, esa habilidad se oxida. Es de esperar que un músico que dedica todo su empeño en la música, será mejor que otro que debe repartir su tiempo entre el arte y un trabajo remunerado. No digo que alguien que trabaja no pueda formar una buena banda y llegar a tocar un instrumento de manera excelente. Lo que digo es que esa banda, sin recursos financieros, no pasará de tocar en el club de la esquina (y eso con suerte). Si no ganas dinero con tu música, la única forma de obtener más recursos es trabajando más tiempo, y si trabajas más tiempo, significa que puedes practicar menos tu música.
Algo criticable de lo “Comercial”, son esas obras que están fabricadas para atrapar a un cierto tipo de público. Estas, por lo general, suelen estar plagadas de clichés y de referencias a un creador en específico. Son creaciones de las empresas y se nota de inmediato. Pero este tipo de creaciones no tienen tanto éxito. Les pongo ejemplos.



Harry Potter es una historia que tiene demasiada publicidad, tanta que asquea. Pero no fue la prensa la que le dio la importancia que tiene, sino los lectores. Todos sabemos de las peripecias que vivió JK Rowling para ver publicada su obra, y de cómo, gracias a ella, se volvió una de las mujeres más ricas del mundo. Ahora bien, si yo fuera una editorial buscando hacer dinero fácil, podría pensar que lo más sensato sería lanzar historias que se le parecieran a Harry Potter, que así lograría crear un éxito de ventas. No obstante, la obra que alcanza un éxito similar al de Harry Potter no tiene que ver con los magos, sino que es de vampiros.



Cuando salió Crepúsculo, las librerías se llenaron de libros sobre vampiros, o en su defecto de romance paranormal. Aunque varias de estas son exitosas, la próxima obra que alcanza un éxito similar es completamente diferente: Los juegos del hambre. Una distopía.




¿Qué intento probar con esto? Que lo comercial y lo no comercial no tienen nada que ver con el éxito de estas historias, si no que se ganaron un espacio en las masas por sí mismas. La prensa se hizo eco de ellas mucho tiempo después, cuando ya estaban en la cima. Además, yo leí Harry Potter y Los juegos del hambre, y les puedo asegurar que son historias que no tienen desperdicio. Leí Los juegos del hambre, con cierto recelo, temiendo que fuera una historia sobrevalorada por los medios, pero me encantó tanto como me impactó. Por lo que dice y por lo que sugiere. Es por eso que no hago caso a los prejuicios de otros.
Gracias por leerme. ¿Leyeron Los juegos del hambre? Comenten y, si les gustó el post, compártanlo. También pueden seguirme en Google+ y en Facebook. Los botones están a la derecha ¡Nos vemos!

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