Hola ¿Cómo están? Hace
unos días estaba mirando un blog en el que exponían una lista con
las mejores cincuenta novelas de fantasía de todos los tiempos, y vi
un comentario que me hizo pensar. Resulta que en la lista aparecía
la saga de Los
juegos del hambre,
y una persona dijo que no debía estar en la lista, porque es una
historia muy COMERCIAL.
Ok. Estoy de acuerdo en
que la saga estaba fuera de lugar, porque pertenece más a género de
la ciencia ficción, pero lo que me molesta es el uso de COMERCIAL
como sinónimo de MALA
CALIDAD.
Debo confesarles que me
enoja mucho cuando alguien aparece y juzga algo entre comercial y no
comercial (Refiriéndome en esto al arte en general, como los libros,
las películas, las series, la música, etc.). Para mí, eso es una
excusa para cerrarse en un género en específico y no darle
oportunidad a otro tipo de artistas. Es también como una manera de
jactarse diciendo “Yo consumo arte NO
COMERCIAL,
soy mejor que tú”. Eso no va conmigo, porque además de que me
parece mal creerse dueño de la verdad, me parece que ese tipo de
diferencias es tonta. No tiene pies ni cabeza.
Para mí el arte no se
divide entre Comercial y No Comercial, ni siquiera entre bueno y
malo. Creo que la división más sensata es entre lo que nos gusta y
lo que no nos gusta. Es verdad que existen libros o películas, por
ejemplo, que son de mejor “calidad”. Historias complejas, con
personajes tridimensionales y recursos técnicos que te dejan de boca
abierta. Sin embargo, tanto ustedes como yo, consumimos historias que
se pueden calificar como chatas (o hasta tontas), solo por gusto.
Pero volviendo al tema de
asociar la lo Comercial con la Mala Calidad, lo que me parece tonto
de esto, es que en la actualidad toda obra de arte es comercial. Toda
obra por la que tengan que pagarle algo al artista lo es. Es cierto
que hay unas que lo son más que otras, pero eso no depende de los
creadores. El artista que dice que no quiere ganar dinero con su
arte, está mintiendo, o lo dice por despecho a no ser tenido en
cuenta por las masas. Según creo, los que se jactan hablado de
comercial y no comercial, deberían dejar los libros de librería e
ir a internet a leer a todos los escritores que ofrecen gratis sus
obras. Obviamente, ninguno lo hace.
Con esto no pretendo
defender al capitalismo, sino a esas obras que son criticadas por ser
malas solo porque sus creadores amasan fortunas con ellas.
Lamentablemente, todos dependemos del dinero y no se puede hacer nada
sin él. Tomemos el caso de una banda musical: tocar un instrumento
no es cosa de aprender acordes y partituras, requiere una habilidad
que se obtiene solo con la práctica continua. Si se abandona el
instrumento por unos días, esa habilidad se oxida. Es de esperar que
un músico que dedica todo su empeño en la música, será mejor que
otro que debe repartir su tiempo entre el arte y un trabajo
remunerado. No digo que alguien que trabaja no pueda formar una buena
banda y llegar a tocar un instrumento de manera excelente. Lo que
digo es que esa banda, sin recursos financieros, no pasará de tocar
en el club de la esquina (y eso con suerte). Si no ganas dinero con
tu música, la única forma de obtener más recursos es trabajando
más tiempo, y si trabajas más tiempo, significa que puedes
practicar menos tu música.
Algo criticable de lo
“Comercial”, son esas obras que están fabricadas para atrapar a
un cierto tipo de público. Estas, por lo general, suelen estar
plagadas de clichés y de referencias a un creador en específico.
Son creaciones de las empresas y se nota de inmediato. Pero este tipo
de creaciones no tienen tanto éxito. Les pongo ejemplos.
Harry Potter es una
historia que tiene demasiada publicidad, tanta que asquea. Pero no
fue la prensa la que le dio la importancia que tiene, sino los
lectores. Todos sabemos de las peripecias que vivió JK Rowling para
ver publicada su obra, y de cómo, gracias a ella, se volvió una de
las mujeres más ricas del mundo. Ahora bien, si yo fuera una
editorial buscando hacer dinero fácil, podría pensar que lo más
sensato sería lanzar historias que se le parecieran a Harry Potter,
que así lograría crear un éxito de ventas. No obstante, la obra
que alcanza un éxito similar al de Harry Potter no tiene que ver con
los magos, sino que es de vampiros.
Cuando salió Crepúsculo,
las librerías se llenaron de libros sobre vampiros, o en su defecto
de romance paranormal. Aunque varias de estas son exitosas, la
próxima obra que alcanza un éxito similar es completamente
diferente: Los juegos del hambre. Una distopía.
¿Qué intento probar con
esto? Que lo comercial y lo no comercial no tienen nada que ver con
el éxito de estas historias, si no que se ganaron un espacio en las
masas por sí mismas. La prensa se hizo eco de ellas mucho tiempo
después, cuando ya estaban en la cima. Además, yo leí Harry
Potter
y Los
juegos del hambre,
y les puedo asegurar que son historias que no tienen desperdicio. Leí Los
juegos del hambre,
con cierto recelo, temiendo que fuera una historia sobrevalorada por
los medios, pero me encantó tanto como me impactó. Por lo que dice
y por lo que sugiere. Es por eso que no hago caso a los prejuicios de
otros.
Gracias por leerme.
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